El Gobierno británico presentó por primera vez una hoja de ruta para acabar con la experimentación médica en animales, comenzando con la eliminación de algunas pruebas en ratones para tratamientos cutáneos a finales de 2026, y con el objetivo de reducir en un 35% el uso de perros y primates para 2030.
El plan, anunciado el 11 de noviembre de 2025 por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Tecnología, busca sustituir las pruebas animales por métodos científicos alternativos más éticos y precisos. Los primeros ensayos que serán suprimidos corresponden a estudios para nuevos tratamientos de irritaciones cutáneas y oculares.
Se trata de una promesa electoral del Partido Laborista, que desde su llegada al poder se comprometió a impulsar una transición hacia la ciencia sin crueldad animal. El secretario de Estado de Ciencia, Patrick Vallance, afirmó: “En el Reino Unido nadie quiere presenciar el sufrimiento animal. Nuestro plan apoyará las iniciativas para reemplazar estas prácticas siempre que sea posible e implementar alternativas seguras y eficaces.”
Durante 2015, el país alcanzó su punto máximo con más de 4 millones de animales utilizados en pruebas científicas, en su mayoría ratones y peces. Aunque en 2020 la cifra descendió a 2.88 millones, el progreso se ha estancado en los últimos años.
Con una inversión de 60 millones de libras (unos 67 millones de euros), el gobierno creará un centro nacional de investigación e innovación, destinado a desarrollar tecnologías, compartir datos y fomentar la cooperación entre científicos, empresas y organizaciones de bienestar animal.
El objetivo final: convertir al Reino Unido en líder mundial en ciencia libre de crueldad, marcando un precedente en la transición hacia un futuro donde la innovación y la empatía vayan de la mano.




