Este 2025 se cumplen 80 años desde que Tom y Jerry hicieron su primera aparición en la pantalla. Creado en 1940 por William Hanna y Joseph Barbera en MGM, el dúo surgió como una propuesta para revitalizar un departamento creativo estancado. El primer corto, Puss Gets the Boots, fue recibido con entusiasmo por público y crítica, obteniendo incluso una nominación al Óscar. Con el tiempo, la serie acumularía siete estatuillas en la categoría de Mejor cortometraje animado.
Los nombres definitivos, Tom y Jerry, surgieron de un concurso interno del estudio: “Tom” por el gato macho, y “Jerry” por una jerga británica que aludía al comportamiento destructivo, característica que define a la pareja desde entonces. La violencia física y las persecuciones constantes son el sello de estos personajes, lo que ha generado controversia a lo largo de ocho décadas.
A la polémica por agresión se suma el debate sobre estereotipos raciales, como el caso de Mammy Two Shoes, la empleada doméstica negra. En años recientes, se realizaron cambios en el doblaje y avisos en plataformas de streaming para contextualizar los cortos.
El atractivo de Tom y Jerry radica en su capacidad de funcionar como catarsis: adultos de los años 40 y 50 encontraban humor en la violencia caricaturesca en un mundo marcado por la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Hoy, aunque algunos los consideran “tóxicos”, estudios muestran que los niños distinguen entre animación y realidad.
En 2021, la franquicia estrenó su 15° largometraje, el primero híbrido live-action, con Chloë Grace Moretz y Michael Peña, llevando nuevamente a la pantalla la eterna rivalidad entre gato y ratón, ahora en un hotel lleno de caos y persecuciones.
Ochenta años después, Tom y Jerry siguen vigentes: dos especies que, pese a sus diferencias, lograron coexistir en la memoria colectiva y en la historia de la animación mundial, enseñando que la adversidad puede transformarse en entretenimiento atemporal.