Zilia Sánchez, nacida en Cuba en 1926, ha dedicado más de seis décadas a la pintura, la escultura y el grabado, consolidándose como una figura clave del arte contemporáneo cubano. Tras formarse en La Habana, representó a su país en la Bienal de México de 1958 y la Bienal de São Paulo de 1959, y luego se trasladó a Nueva York en 1962, donde amplió su exploración de materiales y formas alternativas.
Su serie más reconocida, Topologías Eróticas, destaca por lienzos tensados sobre armazones tridimensionales que permiten jugar con la abstracción, el dualismo y la emoción femenina. Obras como Antígona (1970) y Troyanas (1984) muestran formas curvas y líneas que evocan la figura femenina, combinando luz, sombra y relieve para transmitir intensidad emocional y equilibrio estético.
Establecida en San Juan, Puerto Rico, Sánchez sigue trabajando y colaborando en proyectos vanguardistas, como la publicación Zona Carga y Descarga, manteniendo un enfoque que honra la experiencia femenina y la fuerza de la creación artística. «Pinto con sentimiento. Y el sentimiento está en mi interior. Así es el arte», afirma la artista.