El Xantolo y el surrealismo se dan cita en Xilitla
Cada año entre el 28 de octubre y el 3 de noviembre se celebra el Xantolo, una celebración que se realiza en diversas comunidades de la huasteca, principalmente de origen náhuatl y tenek.
Xantolo se pronuncia “chantolo” y es un vocablo que viene del término xanto que se refiere a santo y del náhuatl olo que significa abundancia y que en su conjunto se funde como “todos santos”, dando de este modo la bienvenida a “la fiesta de todos los santos”.
Esta fiesta esta catalogada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, ya que conjuga misticismo, gastronomía, arte y una percepción festiva que se relaciona con los ciclos de vida de las siembras y aquellos que cumplen las personas en su paso por este mundo.
Durante cuatro días las calles se inundan de fiesta y comparsas tiñéndose de los colores del cempasúchil, salpicados por aromas de chocolate o café, manteles bordados y adornos de papel picado que visten las mesas de las casas. Las melodías de sones y huapangos armonizados por violines y jaranas llevan ritmo a cada rincón, otorgando de una experiencia única a Xilitla durante el Xantolo.
Así, las comparsas deambulan por este pueblo mágico, algunas pasando por el mismo Jardín Escultórico Edward James y el Museo Leonora Carrington, sumando a sus aires surrealistas los disfraces de jóvenes ocultos tras máscaras de viejos, catrinas, diablos o mujeres que disimulan ser hombres y viceversa, todo en un intento por jugar a engañar a la muerte. La Danza de los Huehes o la Danza de los Viejitos no puede faltar y con ellas las elaboradas ofrendas que reciben a los seres queridos.
En cada hogar se instala el altar de muertos, que consta de dos arcos de ramas del árbol llamado guásima. Se le adorna con flores de cempasúchil y mano de león y se cubre con todo aquello que le gustaba al difunto. En la ofrenda a Edward James, el 1 noviembre se prenden velas desde temprano para guiarlo por buen camino. La ofrenda dentro del Jardín Escultórico guarda recetas singulares para estos días; siempre lleva un Choco Milk de “Pancho Pantera,” el cual le encantaba tomar a James por las noches a la hora de la cena, junto con medio vaso de whisky con el que desayunaba para luego probar un café negro y unas gorditas, siempre acompañado de sus trabajadores, a los cuales también se les rinde banquete en esta ofrenda. En la esquina del altar siempre habrá mentitas con las que disfrutaba terminar cada comida con unos cigarros del prado. No es raro que las mariposas visiten la ofrenda, pues James creía que las mariposas significaban un renacimiento: “La mariposa simboliza el alma que no se destruye con la muerte física.” Y es así como ellas, las que le dieron la bienvenida en su primera visita a Las Pozas ahora lo acompañan nuevamente en su altar.
Sin duda alguna, el Xantolo, se ha convertido en una manifestación popular que no puedes dejar de conocer, tradición donde la gente respeta a sus muertos y rinde homenaje a aquellos que dejaron el mundo terrenal de un pueblo mágico y surrealista como lo es Xilitla.